martes, 21 de septiembre de 2010



Me habían comentado mis amigos lo que ocurría en aquella playa solitaria, allí donde la arena forma dunas y los cañaberales silvan por el incansable viento que sopla en las marismas, mezclándose con el rumor de las olas. Es un lugar bastante inhospito, donde nadie va a bañarse y no solo porque está lejos del pueblo, si no porque la arena está sucia y con restos de algas y troncos que arrastra el mar y que nadie se cuida de recoger.



- Alli, entre las dunas, se meten los tíos a follar, son maricones, dejan los coches en el aparcamiento de los baños y hasta allí van andando por toda la playa, van solos, de uno en uno, pero enseguida encuentran compañía - comenta Juanma, el más espabilado del grupo, es algo mayor, ya tiene 15 años y se las da de sabelotodo, también está más desarrollado que los demás y a todos nos da envidia sus piernas peludas y su ya cerrada barba.

Yo no me atrevo a preguntar, no sea que se me note demasiado interés, pero interesarme ¡ ya lo creo que me interesaba !. A partir de aquel día soñaba una y otra noche con las marismas, con los secretos que encerraban, con los tios que frecuentaban y en lo que podían hacer. Me masturbaba cada noche pensando en ello, imaginándome a hombres desnudos chupándose las pollas.

Una tarde, a la hora de la siesta, cogí mi bici y me fui hasta los baños, subí al primer piso y desde la terraza que dá al mar me quedé mucho rato mirando hacia las dunas. No paso mucho tiempo sin que viera a algún hombre caminar solo por el sendero que lleva hasta allí, luego desaparecian entre las cañas. Algún otro volvía por el mismo camino, llegaba al aparcamiento y marchaban en el coche que allí había dejado estacionado. Eso lo estuve haciendo un día y otro también, hasta que...

Aquel día me había decidido, seguí por el sendero con mi bici hasta las dunas y en cuanto vi a alguien, me agazapé entre las cañas, allí escondido podía divisar bastante cerca a un par de hombres, eran de mediana edad estaban desnudos y se besaban, los dos tenían sus penes erectos que se masajeaban mutuamente.

A mi se me iba a salir el corazón por la boca y sin dejar de mirar comencé a hacerme una paja, con tanta emoción que cedieron las cañas y caí hacia delante. Los dos hombres se vuelven y me miran sorprendidos.

- ¡ Anda, un mirón ! y bien jovencito que es - dijo uno de ellos.

- ¿ Te gusta lo que has visto, ¿ es que quieres probarlo, nene ?, ja,ja,- dijo el otro.

- Yo, no...no, es que...- dije valvuceante, rojo como un tomate y dispuesto a echar a correr.

- ¡ Alto chico, ! ¿ donde vás ?, ya que estás aquí... ¿ porque no lo pruebas ? ja,ja,, ¿ No te parece Antonio ? - dijo uno .

Y sin mediar más palabras los dos se dirigen a mi, uno se situa por detrás y el otro enfrente. Intenté resistirme, pero no muy convencido, porque en realidad estaba deseando que ocurriera algo.

Comienzan a besarme el cuello, otro la boca. Me sorprendió la lengua, no había pensado que se hiciera eso. Uno me bajó el pantalón de un tirón y quedó libre mi polla a punto de estallar.

- ¡ Anda, el niño está bien armado ! y además a punto de caramelo - y agachándose el de enfrente comenzo a chupar y succionar mi polla, aquello era increible, ya no sabía si era cierto o un sueño.

Luego el otro me dió la vuelta y me empujó la cabeza hasta su pene,no hacía falta que me explicara lo que quería, porque de inmediato empecé a tragarme aquella enorme polla que el hombre me metía hasta el cuello. En aquella posición noté como el otro me lamía el culo, como metía su lengua por el ano y al poco , como me lubricaba con la saliba y me metía un dedo lentamente. Intenté levantarme, pero entre los dos me tenían bien sujeto. El de atrás insistía con los dedos y la saliba, yo ya no sentía nada, pero de golpe noté como intentaba introducirme su polla en lugar de los dedos, yo me resistí por el enorme dolor que sentí, pero el de delante me sujetó por los hombros y encorvado, no tenía escapatoria. Los primeros segundos creía que me iba a rajar pero lentamente el ano se fue relajando y ya no era dolor lo que sentía, era un placer inexplicable. Cuando el que me montaba estaba a punto de eyacular, la sacó y como si estuviera previsto, se cambiaron el sitio con el otro. Ahora era el de la enorme polla el que me la metía, pero ya no era tan doloroso; el otro, sin mediar palabra me la introdujo en la boca agarrándome por la cabeza, con tal fuerza que noté como le llegaba el orgasmo y me inundaba la gargante de su caliente esperma. El de atrás eyaculó dentro de mi culo y yo, ya hacía rato que lo había hecho.



Sin mediar más palabras, me puse el pantalón y sin decirles ni adios me fui hacía donde tenía mi bicicleta. Oí como me decían de lejos.

- ¡ Nene, si te ha gustado vuelve otro día !, ja,ja,...seguro que le ha gustado ¿ no crees Antonio ?.

Me subí en la bicicleta y comencé a peladear de pié, no podía apoyar el culo en el sillín, lo tenía muy dolorido y durante muchos días tuve que ponerme una pomada que tenía mi padre para las almorranas. No volví más a las dunas, pero me pasé el resto del verano haciéndome pajas recordando el episodio y aún hoy, tantos años después aún se me pone dura recordando aquella tarde.

Fue mi primera experiencia sexual, no fue ninguna violación, puesto que yo lo estaba deseando y pasó lo que buscaba, también fue la manera de definir mi sexualidad, a partir de aquella esperiencia ya no tuve ninguna duda sobre cual era mi inclinación.

5 comentarios:

  1. Mejor iniciación no se puede pedir! Además este relato calienta hasta a un cadáver! Me encantó!

    BESOTES GERONI!

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  2. Exacto, caliente, caliente. Y es que la primera vez si ha sido así no puede más que crearte una adicción insuperable.

    Un beso.

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  3. wow ojala yo hubiera tenido mi iniciacio asi de esa forma

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  4. q emoción... deberías d intentarlo otra ves... jeje =) saludos

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  5. http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=6955

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