martes, 21 de septiembre de 2010



Me habían comentado mis amigos lo que ocurría en aquella playa solitaria, allí donde la arena forma dunas y los cañaberales silvan por el incansable viento que sopla en las marismas, mezclándose con el rumor de las olas. Es un lugar bastante inhospito, donde nadie va a bañarse y no solo porque está lejos del pueblo, si no porque la arena está sucia y con restos de algas y troncos que arrastra el mar y que nadie se cuida de recoger.



- Alli, entre las dunas, se meten los tíos a follar, son maricones, dejan los coches en el aparcamiento de los baños y hasta allí van andando por toda la playa, van solos, de uno en uno, pero enseguida encuentran compañía - comenta Juanma, el más espabilado del grupo, es algo mayor, ya tiene 15 años y se las da de sabelotodo, también está más desarrollado que los demás y a todos nos da envidia sus piernas peludas y su ya cerrada barba.

Yo no me atrevo a preguntar, no sea que se me note demasiado interés, pero interesarme ¡ ya lo creo que me interesaba !. A partir de aquel día soñaba una y otra noche con las marismas, con los secretos que encerraban, con los tios que frecuentaban y en lo que podían hacer. Me masturbaba cada noche pensando en ello, imaginándome a hombres desnudos chupándose las pollas.

Una tarde, a la hora de la siesta, cogí mi bici y me fui hasta los baños, subí al primer piso y desde la terraza que dá al mar me quedé mucho rato mirando hacia las dunas. No paso mucho tiempo sin que viera a algún hombre caminar solo por el sendero que lleva hasta allí, luego desaparecian entre las cañas. Algún otro volvía por el mismo camino, llegaba al aparcamiento y marchaban en el coche que allí había dejado estacionado. Eso lo estuve haciendo un día y otro también, hasta que...

Aquel día me había decidido, seguí por el sendero con mi bici hasta las dunas y en cuanto vi a alguien, me agazapé entre las cañas, allí escondido podía divisar bastante cerca a un par de hombres, eran de mediana edad estaban desnudos y se besaban, los dos tenían sus penes erectos que se masajeaban mutuamente.

A mi se me iba a salir el corazón por la boca y sin dejar de mirar comencé a hacerme una paja, con tanta emoción que cedieron las cañas y caí hacia delante. Los dos hombres se vuelven y me miran sorprendidos.

- ¡ Anda, un mirón ! y bien jovencito que es - dijo uno de ellos.

- ¿ Te gusta lo que has visto, ¿ es que quieres probarlo, nene ?, ja,ja,- dijo el otro.

- Yo, no...no, es que...- dije valvuceante, rojo como un tomate y dispuesto a echar a correr.

- ¡ Alto chico, ! ¿ donde vás ?, ya que estás aquí... ¿ porque no lo pruebas ? ja,ja,, ¿ No te parece Antonio ? - dijo uno .

Y sin mediar más palabras los dos se dirigen a mi, uno se situa por detrás y el otro enfrente. Intenté resistirme, pero no muy convencido, porque en realidad estaba deseando que ocurriera algo.

Comienzan a besarme el cuello, otro la boca. Me sorprendió la lengua, no había pensado que se hiciera eso. Uno me bajó el pantalón de un tirón y quedó libre mi polla a punto de estallar.

- ¡ Anda, el niño está bien armado ! y además a punto de caramelo - y agachándose el de enfrente comenzo a chupar y succionar mi polla, aquello era increible, ya no sabía si era cierto o un sueño.

Luego el otro me dió la vuelta y me empujó la cabeza hasta su pene,no hacía falta que me explicara lo que quería, porque de inmediato empecé a tragarme aquella enorme polla que el hombre me metía hasta el cuello. En aquella posición noté como el otro me lamía el culo, como metía su lengua por el ano y al poco , como me lubricaba con la saliba y me metía un dedo lentamente. Intenté levantarme, pero entre los dos me tenían bien sujeto. El de atrás insistía con los dedos y la saliba, yo ya no sentía nada, pero de golpe noté como intentaba introducirme su polla en lugar de los dedos, yo me resistí por el enorme dolor que sentí, pero el de delante me sujetó por los hombros y encorvado, no tenía escapatoria. Los primeros segundos creía que me iba a rajar pero lentamente el ano se fue relajando y ya no era dolor lo que sentía, era un placer inexplicable. Cuando el que me montaba estaba a punto de eyacular, la sacó y como si estuviera previsto, se cambiaron el sitio con el otro. Ahora era el de la enorme polla el que me la metía, pero ya no era tan doloroso; el otro, sin mediar palabra me la introdujo en la boca agarrándome por la cabeza, con tal fuerza que noté como le llegaba el orgasmo y me inundaba la gargante de su caliente esperma. El de atrás eyaculó dentro de mi culo y yo, ya hacía rato que lo había hecho.



Sin mediar más palabras, me puse el pantalón y sin decirles ni adios me fui hacía donde tenía mi bicicleta. Oí como me decían de lejos.

- ¡ Nene, si te ha gustado vuelve otro día !, ja,ja,...seguro que le ha gustado ¿ no crees Antonio ?.

Me subí en la bicicleta y comencé a peladear de pié, no podía apoyar el culo en el sillín, lo tenía muy dolorido y durante muchos días tuve que ponerme una pomada que tenía mi padre para las almorranas. No volví más a las dunas, pero me pasé el resto del verano haciéndome pajas recordando el episodio y aún hoy, tantos años después aún se me pone dura recordando aquella tarde.

Fue mi primera experiencia sexual, no fue ninguna violación, puesto que yo lo estaba deseando y pasó lo que buscaba, también fue la manera de definir mi sexualidad, a partir de aquella esperiencia ya no tuve ninguna duda sobre cual era mi inclinación.

miércoles, 8 de septiembre de 2010




Miré la lista de turnos y cuando vi mi nombre junto al de Juan Carlos López para el turno de aquella noche, suspiré con alivio. Las guardias nocturnas no me gustan, se me hacen eternas y si además te toca un compañero plasta, entonces apaga y vámonos. De día es mucho más distraido el trabajo de seguridad, vas de un lado a otro de la factoría, te asomas al exterior, charlas con uno o con otro, pero las noches....., ¡ coño, que las noches son para dormir ! y no para andar deambulando por las salas en penumbra o estar encerrados en el cuchitril donde tenemos los monitores de las cámaras de seguridad.
A las 9,50 ha estábamos en el vestuario Juan Carlos y yo .
- ¿ Miguel, has traído algo para cenar ...?, yo traigo una tortilla y un poco de choped...además una botella de orujo casero que me ha traído mi suegro de Galicia. je, je, - me dice Juan Carlos.

- Si, algo he traído, jamón, pan, un par de cervezas y unas manzanas, que no te oiga nadie lo de la botella de orujo, ya sabes que no podemos..... - le digo.

Juan Carlos en un chaval de mi edad, bueno, no tan chaval, los dos estamos rondando los 40, es alto y delgado aunque está muy fibrado, lo se porque a veces coincidimos en el gimnasio, pero tiene un culito...... Tiene el pelo castaño, algo largo, y una eterna barba medio afeitar que le da un aspecto desaliñado. Me gusta su fuerte dentadura y sus labios finos pero insinuantes tras su burlona sonrisa, sus ojos siempre alegres y brillantes, a veces he pensado si no iría emporrado, pero no, los tiene así. Está casado y con una niña de 8 o 10 años.

- ¿ Te has traído alguna peli ? - me pregunta Juan Carlos.

- Si, ayer me bajé dos, no las he visto, espero que estén bien, una es El Centurión y la otra Lope, esa nueva que está ahora de estreno .-

- El Centurión ya la he visto, no vale mucho, es una copia de Gladiator pero en malo, prefiero la otra .- me comenta Juan Carlos.

A eso de las 10,30 hacemos la primera ronda, él por la zona de los almacenes y las salas de máquinas y yo por talleres ,las plantes de oficinas, los patios y los parkings. Comprobamos las alarmas, sensores, alarmas etc, estando todo OK.

En la sala de la mesa de monitores desplegamos un mantelito y sacamos lo que hemos traído para la cena. Tenemos buen apetito y terminamos la tortilla, el jamón y el choped con una barra de pan de medio en un santiamén, luego saca la botella verde de orujo, sin etiqueta, que aún está muy fría, y nos servimos unos buenos tragos en los vasos de plástico.
- La he tenido desde ayer en el congelador . Venga pon la película - dice J.C.

Conecto el USB en el ordenador y comienza la música de la película, de momento me extraña aquella banda sonora tan poco apropiada para una película de época como Lópe.
Comienzan a salir las primeras imágenes: Dos tíos metiéndose mano en la escalera de un pajar...

- ¡ Pero bueno....eso que es..!, ja,ja, - exclama Juan Carlos.

- Te prometo que no lo sabía, yo había estado bajando Lope o al menos eso creía yo - le digo nervioso y sofocado, siento que me va a estallar la cara.- y me levanto rapidamente para quitar la película pornogay.

- ¡ No, no, déjala !, siempre se aprende algo nuevo....y además a ti no te asustará eso ¿ verdad...?- me dice el muy cachondo.

Nos quedamos en los sillones mirando la película. Como cualquier otra película porno gay, las escenas más calientes no se hacen esperar: ya está uno de los actores tragándose la polla del otro hasta la campanilla.
A mi me está entrando un sudor frió y tengo una taquicardia de cojones por momentos.
Luego el otro actor, con un perfecto primer plano, le va lamiendo el ano del más joven, una y otra vez, mientras el otro se retuerce de placer, luego, le va introduciendo un dedo, un poco de saliba y dos, el otro se queja, pero ya son tres dedos los que le mete sin compasión.
No puedo evitar la erección que me está produciendo, ni quiero mirar a mi izquierda para ver la cara que pone Juan Carlos, pero noto como se mueve en la silla y como se va restregando el paquete.
Los actores continúan con su inacabable polvo. El actor mayor le introduce la polla por el culo, primero lentamente, luego hasta el fondo y comienza una lentos movimientos, el otro actor refleja en su cara un placer indescriptible.
Subitamente Juan Carlos se levanta de la silla y se coloca detrás mío y sin decir nada más, me abraza por detrás....

- Miguelito........, esos tíos me han puesto muy pero que muy cachondo..-mientras dice eso me va metiendo la mano por dentro de la camisa y me acaricia el pecho. Me gira la cabeza y sin mediar palabra me besa fuertemente, en un primer momento me resisto, me siento perdido, no se que hacer, como reaccionar, pero él apreta los labios hasta que me veo forzado a abrir la boca y entonces me mete su increible lengua que recorre cada rincón de mi boca.
En unos segundos ya he bajado la guardia,todo me da vueltas, Me insulto yo mismo de pensamiento:

" ¡¡ mira que eres facilón, mariconazo de mierda, si en el fondo lo estabas deseando !! "

No puedo ni recordar como fue, que en unos segundos ya me tenía tumbado sobre la mesa, de un manotazo había tirado al suelo los restos de la cena, los papeles y todo lo que había encima.

Con avidez chupaba mi polla, mis huevos, me metía los dedos por el ano ¡ tal como había visto en la película !, yo me retorcía de placer, pero sin darme tiempo a decir nada me coje del pelo y me levanta la cabeza. Durante unos instantes me enseña su verga, de tamaño XXL, roja y que con su solo ojo me mira hambrienta. Luego me la mete en la boca y aprieta mi cabeza ¡ me voy a ahogar !, esto no hay quien se lo trague, pero él insiste e insiste cada vez más profundamente, creo que me llega al fondo del cuello, ni siquiera puedo hacer el gesto de vomitar.

Al cabo de un rato, me dá la vuelta y me pone contra la mesa, me lubrica un poco con su saliba y comienza a meterme aquel pollón por el ano.

" Dios mío, este me raja....que esto no me puede caber "

Pero el lentamente la va metiendo, hasta que mi esfinter se ha dilatado por completo y entonces él empieza un baile lento e insistente, hasta que noto sus huevos como van palmeando mi culo .
" joder el cabrón, me la ha metido toda "

Estoy al borde del desmayo, el placer es tan grande que no tengo necesidad ni de tocarme, sin poder resistir más eyaculo sin contención posible, derramando todo mi semen por el suelo.

El me da la vuelta y me la mete de nuevo por la boca.

" joder, ni siquiera se ha limpiado...."

y me folla la boca hasta que en unos últimos espasmos, derrama su semen en mi garganta. Noto su leche caliente y dulzon como me inunda la boca y me cae traquea abajo.

Luego, nos limpiamos con las servilletas de papel. Me mira sonriendo y me dice:

- No ha estado nada mal ¿ verdad Miguelito ?, yo se que lo estabas deseando, ya sabía que eras marica, pero hoy he podido ver como tú también me gustas, he disfrutado con este polvo como nunca lo había hecho, ¿ seré yo también maricón ?...sea lo que sea me da igual, pero espero que lo repitamos ¿ no ?.- Me dijo Juan Carlos.

- Claro, es pronto y la noche es muy larga, ja,ja, - le dije riendo para quitar hierro al asunto.

- Si claro, pero no me refiero a hoy...quiero decir en adelante .- me dijo mirándome fijamente a los ojos de una forma que hasta entonces nunca había hecho.

lunes, 9 de agosto de 2010


Cuando lo veía entrar en la oficina cada mañana el corazón le pegaba un vuelco, pasaba por su lado a grandes zancadas como de costumbre, con el casco de la moto en la mano, siempre vistiendo vaqueros y aquella roñosa cazadora de cuero marrón que más tarde sustituía por una impersonal americana azul marino.

- Buenos días chicos - decía mientras se dirigía a su despacho y dejaba a su paso un rastro entre frescor y a sudor masculino que Alberto bien conocía y que hubiera querido conservar en un frasco.

Tras la cristalera de su despacho él miraba de soslayo como Ramón de quitaba la camiseta, dejando a la vista unos pectorales fuertes y velludos y se ponía una camisa y la corbata, siempre la misma, también le veía los slips, de color negro casi siempre.

Alberto odiaba a Ramón, su prepotencia, sus modos poco amables, su falta de sensibilidad y su permanente descarga de tetosterona como macho dominante, le hacía sentirse mal en su presencia, intentaba evitarle, pero.......al mismo tiempo sentía una fuerte atracción casi enfermiza hacia él.

Una noche en que él tuvo que volver a la oficina a recoger unos documentos y vio luz en el despacho de Ramón, se acercó con precaución y vio por la cristalera como se estaba follando encima de la mesa a Esther, una chica administrativa que había entrado en la oficina hacía unos meses y que él supiera estaba casada y con un niño, No le extrañó demasiado, le constaba que se había tirado a media oficina.
Durante un buen rato se quedó absorto de como aquel bestia poseía a Esther, sin ninguna delicadeza ni atendiendo a sus ruegos, el le daba la vuelta y se la metía por detrás y así un buen rato, la chica ya no gemía, más bien chillaba de placer y al final el eyaculó en su cara y obligándola a lamer su semen.

Desde ese día, aquella escena se convirtió en el eterno motivo de sus fantasías sexuales, en el origen de sus diarias masturbaciones, cuando cerraba los ojos ya no veía a Esther ¡ era el quien estaba siendo casi violado !.

Fue unos días antes de las vacaciones, la oficina se cerraba, pero la acumulación de trabajo hizo que casi todos se quedaran a trabajar fuera del horario algunas horas extras para liquidar los temas pendientes. Aquella tarde se fueron marchando todos y Alberto estaba a punto de hacerlo, solo quedaba Ramón en su despacho. Antes de marcharse Alberto fue al baño, este está junto al vestuario del personal. Alberto estaba orinando cuando, sin percatarse de su presencia, Ramón lo agarra por detrás diciéndole.
- ¿ Que, sin tiempo ni para mear durante todo el día ?..... umm, que pollita más maja tienes..- le dice haciéndose el simpático.

A Alberto se le corta la meada de inmediato.

- ¿ Que haces ? ¡ sueltame ! ¿ es que ni mear tranquilos podemos ?- dice casi gritando Alberto.

- ¡ No te pongas así, hombre !, ha sido un día duro para todos y necesitamos aliviar la tensión.....ven para aquí, además yo se a ti te gusto .- dijo Ramón mientras le daba la vuelta y lo apretaba a el agarrándolo por el culo.

Alberto noto rápidamente la polla de Ramón dura como una piedra que amenazaba con romperle la cremallera del pantalón.

Sin darle oportunidad de mediar palabra, sin soltarlo lo empujó hasta la pared y contra los azulejos le aplastó un beso en la boca, obligándole a abrir los labios. Alberto se resistió unos segundos, luego la lengua de Ramón ágil, larga y rasposa se introdujo en su boca recorriendo cada rincón, metiéndola casi hasta la campanilla. En aquellos momentos Alberto ya había bajado la guardia, su erección era inmediata.
Sin dejar de comerle la boca, Ramón le fue desabrochando el cinturón y bajándole los pantalones y los slips. Alberto temblaba, no sabía muy bien si por nerviosismo o por placer. Ramón también se había bajado los pantalones dejando al descubierto su polla grande, gruesa roja y amenazante que a su vista hizo estremecerse a Alberto.
Ramón le cogió de los pelos y lo puso de rodillas introduciéndole la polla en la boca, ¡ aquello casi no le cabía !, pero Ramón le obligó a tragársela casi toda, él notaba como llegaba a su garganta y ni tan siquiera podía protestar por la sensación de ahogo.
Cuando le pareció bien, Ramón le dio la vuelta y lo agachó apoyándolo en el lavabo, le abrió su culo dejando al descubierto su ano virgen.

- ¡ Que maravilla de culito tiene Albertito ! - decía con una risita Ramón, mientras lo lamía y le introducía la lengua hasta donde le era posible. Con la saliva iba lubricando el objeto de su deseo y comenzó a introducirle lentamente un dedo, luego dos.
- ¡ Por favor Ramón ! no...que nadie me ha follado nunca.- suplicaba Alberto.

- ¡ Pues será un placer ser el primero ! - y comenzó a introducir su gorda polla por el culo de Alberto. Este pegó un grito de dolor.

- ¡ Vale, vale.. te pondré un poco de jabón ! . y con el dedo le fue untando el ano
con el gel de jabón del lavabo. Acto seguido y sin esperar nada más le introdujo el enorme pene.

Alberto creía que lo estaban rajando, que le estaban metiendo un hierro candente por el culo. Un fuerte dolor del esfínter lo tenía paralizado, a cada empujón de Ramón él veía las estrellas y todas las constelaciones, pero poco a poco su ano se fue relajando y lo que antes era dolor lentamente se fue cambiando en un intenso e increíble placer. Ramón insistía y empujaba, al principio lentamente y poco a poco fue incrementando su ritmo hasta darle intensamente y metérsela hasta el fondo. Alberto notaba como los huevos de Ramón le pegaban acompasadamente en su culo.
Alberto ya gemía y chillaba, pero ahora ya era por un placer que nunca había imaginado, él al mismo tiempo se iba masturbando por debajo mientras Ramón continuaba su faena.

Antes de eyacular, Ramón se la saca y lo pone de rodillas otra vez, le mete de nuevo la polla en la boca y termina con un fuerte espasmo inundando la boca y la garganta de Alberto de su abundante y espesa leche.

Al levantanrse Alberto vio como le chorreaba sangre entre las piernas .

- No te asustes, eso pasa muchas veces la primera vez, no te pasará más, lávate y estarás unos días que no podrás sentarte pero ya está, ja,ja, ¡ espero que te haya gustado ! a mi si ¡ no siempre tiene uno la suerte de desvirgar un culito como el tuyo- Se vistió y dirigió a la salida.

- Hasta mañana Alberto y aquí no ha pasado nada ¿ vale ? - dijo saliendo Ramón.

Alberto se lavó y se subió los pantalones, tenía el ano desgarrado, seguro, pero aún así no se sentía mal, todo había sido muy rápido, no había tenido tiempo ni de pensar en todo lo que en media hora había pasado. Solo sabía una cosa, que era la mejor experiencia sexual que había tenido en su vida y que dudaba pudiera volver a tener otra igual en el futuro.

jueves, 29 de julio de 2010


Estaba casi amaneciendo cuando el portero de la discoteca los tuvo que echar a empujones. De los onde amigos que habían acudido a la despedida de soltero de Juanma, algunos estaban al borde de la intoxicación etílica, los otros, con más alcohol en sangre que glóbulos rojos, los más serenos eran Pedro y Juanma que por ello tuvieron que encargarse de llamar a varios taxis para que llevasen a los amigotes borrachos hasta sus casas. Una vez los embarcaron a todos, Juanma y Pedro quedaron solos.
- ¿ Que te parece si vamos caminando, no estamos tan lejos y así nos despejamos ? - preguntó Juanma a Pedro.
- Vale, vamos dando un paseo - contesto Pedro.
Juanma y Pedro eran amigos desde primaria y casi vecinos, vivían a dos manzanas el uno del otro. Desde que recordaban, siempre habían ido juntos, a las mismas escuelas, en el mismo equipo de natación, a las clases de Judo y más tarde a la Universidad en la misma Facultad de Derecho, incluso de mayorcitos salían juntos de fiesta y de campamento en verano. Cuando Juanma se echo novia formal, estuvieron un tiempo distanciados, pero poco a poco recuperaron sus salidas y sus partidos de paddel. Pedro no había tenido novia fija, salía con chicas pero le duraban poco, era un ligón nato, las tías se lo rifaban, pero él más pronto que más tarde les perdía el interés. Los dos amigos eran inseparables, ninguno de los dos organizaba algo sin contar con el otro, así había sido siempre, para ellos era lo más normal del mundo.

Fueron andando un buen rato en silencio, disfrutando de la quietud de la hora y el frescor de la madrugada, eso les ayudaba a despejar la mente embotada con tanta música, bailoteo y alcohol.

- Mañana a estas horas ya serás todo un hombre casado ....- dice Pedro rompiendo el silencio.

- Si, si, ya tengo ganas de que termine todo este lío, me conoces bien y sabes que si hubiera sido por mi no me hubiera casado, podría haber continuado como pareja sin casarnos, pero Pilar es muy testaruda y ha ido insistiendo e insistiendo....quiere un contrato - dice Juanma.

- Ya.....- responde Pedro.

- ¿ Pero, que te pasa tío ?, no te he visto muy contento esta noche, has estado como ausente, ya sé que alguno del grupo no te cae bien y que estas fiestas tampoco te gustan demasiado, pero ¡ coño, que es mi despedida...! - le reprocha Juanma.

- ¿ En serio he estado tan borde ?, lo siento Pedro, es que tengo la cabeza en otras cosas .- dice Pedro.

- No, quizás no, pero a mi no me engañas, yo te noto rápido cuando te pasa algo .-

- Pedro...., no te lo tomes a mal, pero ¿ estás muy seguro del paso que vas a dar ?- le suelta Pedro.

- Mira, le he dado un millón de vueltas y al final me he dejado llevar, no estoy seguro de nada, pero no quiero comerme las el coco, me caso y ya está - sentencia Pedro.

- Juanma, ...quizás nuestra amistad ya no sea la misma, sabes que a Pilar no le caigo muy bien, siempre me ha visto como su competidor, pero...- dice Pedro.

- Pedrito, tú y yo llevamos juntos toda la vida, eres mi mejor amigo,...mi hermano y ni ella ni nadie impedirá que continuemos siéndolo,...¡¡ yo te quiero, coño !! - dice Juanma interrumpiéndole.

Pedro gira la cabeza esperando que la oscuridad oculte su cara y no delate las lágrimas que le caen a pesar de sus esfuerzos en contenerlas.

- Juanma..., yo también te quiero y aunque sea la primera y la última vez en mi vida, esta noche te lo diré...¡ te quiero, pero no de esa manera...! , ¡ joder yo te quiero de verdad...estoy enamorado de ti, lo he estado siempre ! y no sabes cuanto he sufrido por ello .- dice Pedro ya sin ocultar sus lágrimas.

Juanma, con los ojos muy abiertos no sale de su asombro, durante un rato se hace el silencio, él, coge por los hombros a Pedro y lo mira fijamente, sin decir nada, sus ojos brillan en la oscuridad. Pasados unos segundos que parecen eternos, Juanma rompe el silencio.

- ¡ Pedro, ..Pedro, joder ! ¿ porque no me lo dijiste antes ?, ¡ vaya mierda !,esto es increíble, ¡ me he pasado la vida a tu lado, soñando contigo, deseando besarte, queriéndote en silencio, miles de pajas me he hecho pensando en ti, excitándome con el menor roce tuyo, intentando olerte...¡ esto es una putada !- dice Juanma descompuesto.

Y de nuevo se hace el silencio entre ellos.

- Y ¿ ahora que vamos a hacer Juanma ? - dice con voz queda Pedro.

- No se.., no se,... Pedro ...pasa esta noche conmigo, por favor, es lo que más he deseado en mi vida. propone Juanma.

- ¿ Estás seguro de ello ? - dice Pedro mientras abraza a Juanma.

- Si, estoy seguro, nunca he estado tan seguro de una cosa- contesta Juanma.

Y se besan por primera vez en medio del alba, sin preocuparse de si los ve alguien, con la ternura y las ansias del amor descubierto.

Se alejan dirección a la casa de Juanma, cogidos de la mano. Mañana será otro día.

miércoles, 21 de julio de 2010

Suspenso en matemáticas



Las matemáticas no eran su fuerte, siempre había ido sacando los cursos bastante bien aunque la nota en esa materia siempre era la peorcon no muy buenas, pero aquel año había sido un total desastre, el suspenso en matemáticas había sacado a su padre de quicio.

- ¿Se puede saber que te ocurre ?, ya se que las mates no te gustan mucho pero hasta ahora siempre habías sacado los cursos adelante y este año te has estrellado, con un 4 en matemáticas no te queda más remedio que estudiar todo el verano para intentar recuperarla en Septiembre - Le decía su padre alzando la voz muy cabreado.

Jordi con la cabeza baja aceptaba resignado la bronca, ya se lo esperaba y además sabía muy bien motivo de ese fracaso. Hasta ese año, con un poco de esfuerzo la maldita asignatura la había llevado para adelante, pero ese curso, con el cambio del profesor, todo se había venido abajo.

Su nuevo profesor, Pablo, había ocupado la vacante del señor Viñals que se había jubilado en Septiembre. Pablo era un buen profesor, explicada las materias con lentitud, repitiendo los ejercicios cuantas veces creía necesarias, hasta que se convencía que los alumnos habían entendido la lección, incluso si era necesario se quedaba un rato fuera del horario para aclarar dudas a los alumnos que lo pedían.

Pablo tenía unos 48 o 50 años, de estatura mediana, fuerte y musculoso, con el pelo canoso y la piel tostada por el sol, su gran afición era la montaña y todo el tiempo libre lo dedicaba a practicar el montañismo y la escalada. Vestía siempre con vaqueros y camiseta, de una manera muy informal que le daba un aspecto muy deportista y juvenil.

Jordi, cuando lo vió por primera vez en clase, se le aceleró el corazón, aquel hombre le hacía sentir algo que hasta entonces nunca le había pasado, ejercía sobre él una fuerte atracción que el chico no sabía muy bien como definir. Cuando Pablo daba sus explicaciones en clase con su voz pausada y grave, Jordi no atendía más que a sus anchos hombros, sus antebrazos belludos, la forma redondeada de su trasero y su insinuante paquete, que en más de una ocasión le había exitado tanto que se había ido al baño a hacerse una paja.

Ese era el problema ¡ con aquel profesor no podía concentrase en la lección !, solo lo veía a él, lo que explicara le importaba muy poco.

- Pues que sepas que he hablado con tu profesor y haciéndonos un favor accede a darte clases oparticulares en su casa, haber si te pones al día y te sacas la asignatura en Septiembre .-le dijo su padre

Casi le da algo, ¿ como iba a poder estar cerca de aquel hombre día tras día y además prestar atención a sus explicaciones ?, no creía poder soportarlo.

El primer día que llegó a casa del profesor y toco al timbre, le temblaba todo el cuerpo, temía que se le fuera a notar, hasta había tenido que ir varias veces al baño antes de salir de su casa.

- ¡ Hombre Jordi !, pasa, pasa, te estaba esperando - le dijo Pablo mientras poniéndole una mano en el hombro lo acompañaba al interior.

- No te asustes por el desorden, es que las labores domésticas no son mi fuerte y esta semana no ha venido la señora que me ayuda - se excusaba Pablo.

- Hace un mucho calor este verano y yo no tengo más que ese ventiladorm, si quieres no ponemos cómodos y nos quitamos la camiseta, estaremos mejor - le propuso Pablo mientras él mismo se despojaba de la suya.

Un nudo se le hizo en la garganta a Jordi al ver el torso desnudo de Pablo, belludo y con unos fuertes pectorales, tal como se hábía imaginado. Él, timidamente se quitó su camiseta con más vergüenza que otra cosa. Se sentaron en el escritorio uno junto al otro y Pablo abrió el libro de texto.

- No nos daremos prisas, empezaremos por las primeras lecciones y nos tomaremos el tiempo que necesitemos...- le dijo Pablo mientras comenzaba a explicar y desarrollar fórmulas en unos folios.

Cada vez que Pablo rozaba con su pierna la de Jordi, a éste le recorría como una descarga eléctrica por el cuerpo, aquella especie de sacudida al final fue notada por Pablo, que se le quedó mirando a los ojos largo rato, obligándo a Jordi a bajar los suyos completamente ruborizado. Entonces fue Pablo que intencionadamente apretó su pierna contra la de él hasta inmovilizarla. Jordi comenzó a sudar, paralizado, sin saber como reaccionar, fue entonces cuando Pablo le cogió la mano y se la puso sobre el bulto de su entrepierna mientras la apretaba con la suya.

- Jordi, no tengas miedo, esto es solo sexo, no pasa nada, confía en mi...- y cogiéndole de la mano lo llevó al baño, allí lo fue desnudando mientras Jordi no se atrevía ni a moverse. También se desnudó Pablo dejando al descubierto su polla erecta.

Se metieron los dos bajo la ducha y Jordi se apretó a Pablo como buscando su protección, el agua tibia recorría sus cuerpos y Pablo le levantó la cabezá y besó al chico que esperaba con la boca entreabierta, con la lengua fue recorriendo cada rincón de su boca introduciéndola hasta lo más profundo, luego se arrodilló y le fue chupando la polla de Jordi largo rato.

Pablo enjabonó el culito de Jordi y con los dedos fue preparando el acceso que pronto sería para su verga. Lo apoyo de cara a la los azulejos y lentamente se la fue introduciendo, un leve grito de dolor que emitió Jordi paró el movimiento que había impuesto Pablo, pero segundos más tarde, ya más relajado Jordi permitió que lo poseyera completamente.

Extenuados y satisfechos permanecieron desnudos mucho rato estirados en el sofá.

- Te prometo que este año aprenderás matemáticas y otras cosas que te van a gustar mucho más - le dijo sonriente Pablo.

El nerviosismo se había disipado, Pablo le había hecho sentir algo imposible de imaginar, ahora estaba sin tensión, con la cabeza apoyada en su pecho, mientras acariciaba a aquel pedazo de hombre.

Ya era tarde cuando regresó a casa, Jordi parecía transformado, una leve sonrisa de felicidad adornada ahora su cara. Su padre le estaba esperando y nada más verle pregunto a su hijo:

- ¿ Como te ha ido Jordi, has aprendido mucho esta tarde ? -

- ¡ No lo sabes bien papá !, más que en todo el curso.

- Pues nada hijo, presta mucha atención a lo que te enseñe Pablo, tienes dos meses para aprender todo lo que no sepas. - le dijo su padre.

- No te preocupes papá, ten por seguro que lo haré - le dijo Pablo con su enigmática sonrisa.

viernes, 16 de julio de 2010

Juegos en la arena.



Habíamos pasado buena parte de la tarde jugando a boleibol en la playa, con aquel grupo de chicos que poco a poco nos juntamos sin apenas conocernos. Dos de ellos llegaron con una pelota y comenzaron a pasarsela sobre la red que había allí colocada y como un imán, al rato, ya éramos por lo menos quince los jugadores.

Él me llamó inmediatamente la atención cuando se quitó la camiseta, su piel tostada por el sol y el torso de nadador, su ancho cuello era el soporte de una cabeza pequeña cubierta de una cabellera castaña y ensortijada, en su cara también morena, resaltaban sus grandes ojos color miel, una curiosa nariz algo aguileña y una boca, de labios no muy gruesos pero por donde asomaban en cada sonrisa una poderosa y blanquísima dentadura.

Con una sola mirada los dos nos reconocimos al instante. Desde ese momento se fueron sucediendo los roces involuntarios, las miradas más intensas, las sonrisas más prolongadas y alguna que otra palabra. El partido se prolongó hasta caer la tarde, luego, poco a poco los jugadores se fueron marchando de la playa, solo él y yo nos hacíamos los remolones para irnos.

Al quedarnos solos, nos miramos sin apartar la vista un largo rato, sin pronunciar palabra alguna, hasta que yo nervioso y excitado le dije:
- ¿ Te gusta el pressing catch ?, yo lo he practicado un poco, si quieres podemos...

- Vale.... - me dijo sin dejarme terminar mi frase.

- Es fácil....se trata de derribar al contrario e inmovilizarlo valiéndote de distintos agarres y llaves - le comento mientras nos dirigimos más cerca de la orilla del mar, sobre todo, aunque ha estaba añoceciendo, para evitar las miradas de los pocos bañistas que ún estaban por allí.

En el primer encontronazo, durante unos segundos, pude oler su cuerpo, mezcla de sudor y salitre, noté que hacía lo mismo. Durante un rato pusimos en juego nuestra habilidad, él era ágil y escurridizo como un gato, yo más musculoso y fuerte terminé aprisionándolo por el cuello y con una pierna le hice caer a la arena por donde nos fuimos revolcando hasta mojarnos con la espuma de las olas. Lo tenía agarrado por la espalda, ahora no podía moverse, seguro que notaba mi polla frotando su duro y redondo culito, le mordí una oreja y se la fui lamiendo metiendo mi lengua en ella.

- ¡ Cabrón !- me dijo él entre risas y apretándose más a mi.

A pesar de la posición, pude ver como en su pequeño bañador negro iba creciendo su polla por momentos, fue en ese instante, después de dar un último vistazo a nuestro alrededor, cuando alargué el brazo y pude cogerle su nabo, se lo saqué del bañador y él pareció electrificarse, su cuerpo se arqueó y rodamos de nuevo los dos por la orilla. Fue entonces cuando me arrancó mi bañador y puesto encima mío me empezó a chupar la polla con un ansia increible.

En una increible lucha cuerpo a cuerpo nos mantuvimos largo rato, hasta que por fín me pidió que lo penetrara, creia yo que no iba a pedirlo nunca, se movía encima mío como un poseso y le tuve que tapas la boca para mitigar sus jadeos.

El caballo de mar que monté ese día fue la mejor cabalgadura que hice en mucho tiempo, aún hoy en día cuando lo recuerdo me parece imposible que sucediera de aquella forma.

Ya era noche oscura cuando nos pegamos un cabuzón en el mar. Nos fuimos dándonos un largo y profundo beso, sin quedar para otro día y sin preguntarnos tan siquiera el nombre.

Aquel verano volví por la playa casi a diario, siempre esperando encontrarlo, pero no apareció por alli nunca más. Pero a pesar de tiempo transcurrido no he podido olvidar aquel anochecer y estoy seguro que él, tampoco.