jueves, 29 de julio de 2010


Estaba casi amaneciendo cuando el portero de la discoteca los tuvo que echar a empujones. De los onde amigos que habían acudido a la despedida de soltero de Juanma, algunos estaban al borde de la intoxicación etílica, los otros, con más alcohol en sangre que glóbulos rojos, los más serenos eran Pedro y Juanma que por ello tuvieron que encargarse de llamar a varios taxis para que llevasen a los amigotes borrachos hasta sus casas. Una vez los embarcaron a todos, Juanma y Pedro quedaron solos.
- ¿ Que te parece si vamos caminando, no estamos tan lejos y así nos despejamos ? - preguntó Juanma a Pedro.
- Vale, vamos dando un paseo - contesto Pedro.
Juanma y Pedro eran amigos desde primaria y casi vecinos, vivían a dos manzanas el uno del otro. Desde que recordaban, siempre habían ido juntos, a las mismas escuelas, en el mismo equipo de natación, a las clases de Judo y más tarde a la Universidad en la misma Facultad de Derecho, incluso de mayorcitos salían juntos de fiesta y de campamento en verano. Cuando Juanma se echo novia formal, estuvieron un tiempo distanciados, pero poco a poco recuperaron sus salidas y sus partidos de paddel. Pedro no había tenido novia fija, salía con chicas pero le duraban poco, era un ligón nato, las tías se lo rifaban, pero él más pronto que más tarde les perdía el interés. Los dos amigos eran inseparables, ninguno de los dos organizaba algo sin contar con el otro, así había sido siempre, para ellos era lo más normal del mundo.

Fueron andando un buen rato en silencio, disfrutando de la quietud de la hora y el frescor de la madrugada, eso les ayudaba a despejar la mente embotada con tanta música, bailoteo y alcohol.

- Mañana a estas horas ya serás todo un hombre casado ....- dice Pedro rompiendo el silencio.

- Si, si, ya tengo ganas de que termine todo este lío, me conoces bien y sabes que si hubiera sido por mi no me hubiera casado, podría haber continuado como pareja sin casarnos, pero Pilar es muy testaruda y ha ido insistiendo e insistiendo....quiere un contrato - dice Juanma.

- Ya.....- responde Pedro.

- ¿ Pero, que te pasa tío ?, no te he visto muy contento esta noche, has estado como ausente, ya sé que alguno del grupo no te cae bien y que estas fiestas tampoco te gustan demasiado, pero ¡ coño, que es mi despedida...! - le reprocha Juanma.

- ¿ En serio he estado tan borde ?, lo siento Pedro, es que tengo la cabeza en otras cosas .- dice Pedro.

- No, quizás no, pero a mi no me engañas, yo te noto rápido cuando te pasa algo .-

- Pedro...., no te lo tomes a mal, pero ¿ estás muy seguro del paso que vas a dar ?- le suelta Pedro.

- Mira, le he dado un millón de vueltas y al final me he dejado llevar, no estoy seguro de nada, pero no quiero comerme las el coco, me caso y ya está - sentencia Pedro.

- Juanma, ...quizás nuestra amistad ya no sea la misma, sabes que a Pilar no le caigo muy bien, siempre me ha visto como su competidor, pero...- dice Pedro.

- Pedrito, tú y yo llevamos juntos toda la vida, eres mi mejor amigo,...mi hermano y ni ella ni nadie impedirá que continuemos siéndolo,...¡¡ yo te quiero, coño !! - dice Juanma interrumpiéndole.

Pedro gira la cabeza esperando que la oscuridad oculte su cara y no delate las lágrimas que le caen a pesar de sus esfuerzos en contenerlas.

- Juanma..., yo también te quiero y aunque sea la primera y la última vez en mi vida, esta noche te lo diré...¡ te quiero, pero no de esa manera...! , ¡ joder yo te quiero de verdad...estoy enamorado de ti, lo he estado siempre ! y no sabes cuanto he sufrido por ello .- dice Pedro ya sin ocultar sus lágrimas.

Juanma, con los ojos muy abiertos no sale de su asombro, durante un rato se hace el silencio, él, coge por los hombros a Pedro y lo mira fijamente, sin decir nada, sus ojos brillan en la oscuridad. Pasados unos segundos que parecen eternos, Juanma rompe el silencio.

- ¡ Pedro, ..Pedro, joder ! ¿ porque no me lo dijiste antes ?, ¡ vaya mierda !,esto es increíble, ¡ me he pasado la vida a tu lado, soñando contigo, deseando besarte, queriéndote en silencio, miles de pajas me he hecho pensando en ti, excitándome con el menor roce tuyo, intentando olerte...¡ esto es una putada !- dice Juanma descompuesto.

Y de nuevo se hace el silencio entre ellos.

- Y ¿ ahora que vamos a hacer Juanma ? - dice con voz queda Pedro.

- No se.., no se,... Pedro ...pasa esta noche conmigo, por favor, es lo que más he deseado en mi vida. propone Juanma.

- ¿ Estás seguro de ello ? - dice Pedro mientras abraza a Juanma.

- Si, estoy seguro, nunca he estado tan seguro de una cosa- contesta Juanma.

Y se besan por primera vez en medio del alba, sin preocuparse de si los ve alguien, con la ternura y las ansias del amor descubierto.

Se alejan dirección a la casa de Juanma, cogidos de la mano. Mañana será otro día.

miércoles, 21 de julio de 2010

Suspenso en matemáticas



Las matemáticas no eran su fuerte, siempre había ido sacando los cursos bastante bien aunque la nota en esa materia siempre era la peorcon no muy buenas, pero aquel año había sido un total desastre, el suspenso en matemáticas había sacado a su padre de quicio.

- ¿Se puede saber que te ocurre ?, ya se que las mates no te gustan mucho pero hasta ahora siempre habías sacado los cursos adelante y este año te has estrellado, con un 4 en matemáticas no te queda más remedio que estudiar todo el verano para intentar recuperarla en Septiembre - Le decía su padre alzando la voz muy cabreado.

Jordi con la cabeza baja aceptaba resignado la bronca, ya se lo esperaba y además sabía muy bien motivo de ese fracaso. Hasta ese año, con un poco de esfuerzo la maldita asignatura la había llevado para adelante, pero ese curso, con el cambio del profesor, todo se había venido abajo.

Su nuevo profesor, Pablo, había ocupado la vacante del señor Viñals que se había jubilado en Septiembre. Pablo era un buen profesor, explicada las materias con lentitud, repitiendo los ejercicios cuantas veces creía necesarias, hasta que se convencía que los alumnos habían entendido la lección, incluso si era necesario se quedaba un rato fuera del horario para aclarar dudas a los alumnos que lo pedían.

Pablo tenía unos 48 o 50 años, de estatura mediana, fuerte y musculoso, con el pelo canoso y la piel tostada por el sol, su gran afición era la montaña y todo el tiempo libre lo dedicaba a practicar el montañismo y la escalada. Vestía siempre con vaqueros y camiseta, de una manera muy informal que le daba un aspecto muy deportista y juvenil.

Jordi, cuando lo vió por primera vez en clase, se le aceleró el corazón, aquel hombre le hacía sentir algo que hasta entonces nunca le había pasado, ejercía sobre él una fuerte atracción que el chico no sabía muy bien como definir. Cuando Pablo daba sus explicaciones en clase con su voz pausada y grave, Jordi no atendía más que a sus anchos hombros, sus antebrazos belludos, la forma redondeada de su trasero y su insinuante paquete, que en más de una ocasión le había exitado tanto que se había ido al baño a hacerse una paja.

Ese era el problema ¡ con aquel profesor no podía concentrase en la lección !, solo lo veía a él, lo que explicara le importaba muy poco.

- Pues que sepas que he hablado con tu profesor y haciéndonos un favor accede a darte clases oparticulares en su casa, haber si te pones al día y te sacas la asignatura en Septiembre .-le dijo su padre

Casi le da algo, ¿ como iba a poder estar cerca de aquel hombre día tras día y además prestar atención a sus explicaciones ?, no creía poder soportarlo.

El primer día que llegó a casa del profesor y toco al timbre, le temblaba todo el cuerpo, temía que se le fuera a notar, hasta había tenido que ir varias veces al baño antes de salir de su casa.

- ¡ Hombre Jordi !, pasa, pasa, te estaba esperando - le dijo Pablo mientras poniéndole una mano en el hombro lo acompañaba al interior.

- No te asustes por el desorden, es que las labores domésticas no son mi fuerte y esta semana no ha venido la señora que me ayuda - se excusaba Pablo.

- Hace un mucho calor este verano y yo no tengo más que ese ventiladorm, si quieres no ponemos cómodos y nos quitamos la camiseta, estaremos mejor - le propuso Pablo mientras él mismo se despojaba de la suya.

Un nudo se le hizo en la garganta a Jordi al ver el torso desnudo de Pablo, belludo y con unos fuertes pectorales, tal como se hábía imaginado. Él, timidamente se quitó su camiseta con más vergüenza que otra cosa. Se sentaron en el escritorio uno junto al otro y Pablo abrió el libro de texto.

- No nos daremos prisas, empezaremos por las primeras lecciones y nos tomaremos el tiempo que necesitemos...- le dijo Pablo mientras comenzaba a explicar y desarrollar fórmulas en unos folios.

Cada vez que Pablo rozaba con su pierna la de Jordi, a éste le recorría como una descarga eléctrica por el cuerpo, aquella especie de sacudida al final fue notada por Pablo, que se le quedó mirando a los ojos largo rato, obligándo a Jordi a bajar los suyos completamente ruborizado. Entonces fue Pablo que intencionadamente apretó su pierna contra la de él hasta inmovilizarla. Jordi comenzó a sudar, paralizado, sin saber como reaccionar, fue entonces cuando Pablo le cogió la mano y se la puso sobre el bulto de su entrepierna mientras la apretaba con la suya.

- Jordi, no tengas miedo, esto es solo sexo, no pasa nada, confía en mi...- y cogiéndole de la mano lo llevó al baño, allí lo fue desnudando mientras Jordi no se atrevía ni a moverse. También se desnudó Pablo dejando al descubierto su polla erecta.

Se metieron los dos bajo la ducha y Jordi se apretó a Pablo como buscando su protección, el agua tibia recorría sus cuerpos y Pablo le levantó la cabezá y besó al chico que esperaba con la boca entreabierta, con la lengua fue recorriendo cada rincón de su boca introduciéndola hasta lo más profundo, luego se arrodilló y le fue chupando la polla de Jordi largo rato.

Pablo enjabonó el culito de Jordi y con los dedos fue preparando el acceso que pronto sería para su verga. Lo apoyo de cara a la los azulejos y lentamente se la fue introduciendo, un leve grito de dolor que emitió Jordi paró el movimiento que había impuesto Pablo, pero segundos más tarde, ya más relajado Jordi permitió que lo poseyera completamente.

Extenuados y satisfechos permanecieron desnudos mucho rato estirados en el sofá.

- Te prometo que este año aprenderás matemáticas y otras cosas que te van a gustar mucho más - le dijo sonriente Pablo.

El nerviosismo se había disipado, Pablo le había hecho sentir algo imposible de imaginar, ahora estaba sin tensión, con la cabeza apoyada en su pecho, mientras acariciaba a aquel pedazo de hombre.

Ya era tarde cuando regresó a casa, Jordi parecía transformado, una leve sonrisa de felicidad adornada ahora su cara. Su padre le estaba esperando y nada más verle pregunto a su hijo:

- ¿ Como te ha ido Jordi, has aprendido mucho esta tarde ? -

- ¡ No lo sabes bien papá !, más que en todo el curso.

- Pues nada hijo, presta mucha atención a lo que te enseñe Pablo, tienes dos meses para aprender todo lo que no sepas. - le dijo su padre.

- No te preocupes papá, ten por seguro que lo haré - le dijo Pablo con su enigmática sonrisa.

viernes, 16 de julio de 2010

Juegos en la arena.



Habíamos pasado buena parte de la tarde jugando a boleibol en la playa, con aquel grupo de chicos que poco a poco nos juntamos sin apenas conocernos. Dos de ellos llegaron con una pelota y comenzaron a pasarsela sobre la red que había allí colocada y como un imán, al rato, ya éramos por lo menos quince los jugadores.

Él me llamó inmediatamente la atención cuando se quitó la camiseta, su piel tostada por el sol y el torso de nadador, su ancho cuello era el soporte de una cabeza pequeña cubierta de una cabellera castaña y ensortijada, en su cara también morena, resaltaban sus grandes ojos color miel, una curiosa nariz algo aguileña y una boca, de labios no muy gruesos pero por donde asomaban en cada sonrisa una poderosa y blanquísima dentadura.

Con una sola mirada los dos nos reconocimos al instante. Desde ese momento se fueron sucediendo los roces involuntarios, las miradas más intensas, las sonrisas más prolongadas y alguna que otra palabra. El partido se prolongó hasta caer la tarde, luego, poco a poco los jugadores se fueron marchando de la playa, solo él y yo nos hacíamos los remolones para irnos.

Al quedarnos solos, nos miramos sin apartar la vista un largo rato, sin pronunciar palabra alguna, hasta que yo nervioso y excitado le dije:
- ¿ Te gusta el pressing catch ?, yo lo he practicado un poco, si quieres podemos...

- Vale.... - me dijo sin dejarme terminar mi frase.

- Es fácil....se trata de derribar al contrario e inmovilizarlo valiéndote de distintos agarres y llaves - le comento mientras nos dirigimos más cerca de la orilla del mar, sobre todo, aunque ha estaba añoceciendo, para evitar las miradas de los pocos bañistas que ún estaban por allí.

En el primer encontronazo, durante unos segundos, pude oler su cuerpo, mezcla de sudor y salitre, noté que hacía lo mismo. Durante un rato pusimos en juego nuestra habilidad, él era ágil y escurridizo como un gato, yo más musculoso y fuerte terminé aprisionándolo por el cuello y con una pierna le hice caer a la arena por donde nos fuimos revolcando hasta mojarnos con la espuma de las olas. Lo tenía agarrado por la espalda, ahora no podía moverse, seguro que notaba mi polla frotando su duro y redondo culito, le mordí una oreja y se la fui lamiendo metiendo mi lengua en ella.

- ¡ Cabrón !- me dijo él entre risas y apretándose más a mi.

A pesar de la posición, pude ver como en su pequeño bañador negro iba creciendo su polla por momentos, fue en ese instante, después de dar un último vistazo a nuestro alrededor, cuando alargué el brazo y pude cogerle su nabo, se lo saqué del bañador y él pareció electrificarse, su cuerpo se arqueó y rodamos de nuevo los dos por la orilla. Fue entonces cuando me arrancó mi bañador y puesto encima mío me empezó a chupar la polla con un ansia increible.

En una increible lucha cuerpo a cuerpo nos mantuvimos largo rato, hasta que por fín me pidió que lo penetrara, creia yo que no iba a pedirlo nunca, se movía encima mío como un poseso y le tuve que tapas la boca para mitigar sus jadeos.

El caballo de mar que monté ese día fue la mejor cabalgadura que hice en mucho tiempo, aún hoy en día cuando lo recuerdo me parece imposible que sucediera de aquella forma.

Ya era noche oscura cuando nos pegamos un cabuzón en el mar. Nos fuimos dándonos un largo y profundo beso, sin quedar para otro día y sin preguntarnos tan siquiera el nombre.

Aquel verano volví por la playa casi a diario, siempre esperando encontrarlo, pero no apareció por alli nunca más. Pero a pesar de tiempo transcurrido no he podido olvidar aquel anochecer y estoy seguro que él, tampoco.