viernes, 16 de julio de 2010

Juegos en la arena.



Habíamos pasado buena parte de la tarde jugando a boleibol en la playa, con aquel grupo de chicos que poco a poco nos juntamos sin apenas conocernos. Dos de ellos llegaron con una pelota y comenzaron a pasarsela sobre la red que había allí colocada y como un imán, al rato, ya éramos por lo menos quince los jugadores.

Él me llamó inmediatamente la atención cuando se quitó la camiseta, su piel tostada por el sol y el torso de nadador, su ancho cuello era el soporte de una cabeza pequeña cubierta de una cabellera castaña y ensortijada, en su cara también morena, resaltaban sus grandes ojos color miel, una curiosa nariz algo aguileña y una boca, de labios no muy gruesos pero por donde asomaban en cada sonrisa una poderosa y blanquísima dentadura.

Con una sola mirada los dos nos reconocimos al instante. Desde ese momento se fueron sucediendo los roces involuntarios, las miradas más intensas, las sonrisas más prolongadas y alguna que otra palabra. El partido se prolongó hasta caer la tarde, luego, poco a poco los jugadores se fueron marchando de la playa, solo él y yo nos hacíamos los remolones para irnos.

Al quedarnos solos, nos miramos sin apartar la vista un largo rato, sin pronunciar palabra alguna, hasta que yo nervioso y excitado le dije:
- ¿ Te gusta el pressing catch ?, yo lo he practicado un poco, si quieres podemos...

- Vale.... - me dijo sin dejarme terminar mi frase.

- Es fácil....se trata de derribar al contrario e inmovilizarlo valiéndote de distintos agarres y llaves - le comento mientras nos dirigimos más cerca de la orilla del mar, sobre todo, aunque ha estaba añoceciendo, para evitar las miradas de los pocos bañistas que ún estaban por allí.

En el primer encontronazo, durante unos segundos, pude oler su cuerpo, mezcla de sudor y salitre, noté que hacía lo mismo. Durante un rato pusimos en juego nuestra habilidad, él era ágil y escurridizo como un gato, yo más musculoso y fuerte terminé aprisionándolo por el cuello y con una pierna le hice caer a la arena por donde nos fuimos revolcando hasta mojarnos con la espuma de las olas. Lo tenía agarrado por la espalda, ahora no podía moverse, seguro que notaba mi polla frotando su duro y redondo culito, le mordí una oreja y se la fui lamiendo metiendo mi lengua en ella.

- ¡ Cabrón !- me dijo él entre risas y apretándose más a mi.

A pesar de la posición, pude ver como en su pequeño bañador negro iba creciendo su polla por momentos, fue en ese instante, después de dar un último vistazo a nuestro alrededor, cuando alargué el brazo y pude cogerle su nabo, se lo saqué del bañador y él pareció electrificarse, su cuerpo se arqueó y rodamos de nuevo los dos por la orilla. Fue entonces cuando me arrancó mi bañador y puesto encima mío me empezó a chupar la polla con un ansia increible.

En una increible lucha cuerpo a cuerpo nos mantuvimos largo rato, hasta que por fín me pidió que lo penetrara, creia yo que no iba a pedirlo nunca, se movía encima mío como un poseso y le tuve que tapas la boca para mitigar sus jadeos.

El caballo de mar que monté ese día fue la mejor cabalgadura que hice en mucho tiempo, aún hoy en día cuando lo recuerdo me parece imposible que sucediera de aquella forma.

Ya era noche oscura cuando nos pegamos un cabuzón en el mar. Nos fuimos dándonos un largo y profundo beso, sin quedar para otro día y sin preguntarnos tan siquiera el nombre.

Aquel verano volví por la playa casi a diario, siempre esperando encontrarlo, pero no apareció por alli nunca más. Pero a pesar de tiempo transcurrido no he podido olvidar aquel anochecer y estoy seguro que él, tampoco.

7 comentarios:

  1. Caray...necesito una ducha fría!!!
    Veo que tenemos mucho en común tu y yo, jaja. Estaré encantado de pasar por aquí si este nivel se mantiene.
    Un saludo y gracias por tu visita!

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  2. Un segundo comentario para la primera entrada de un blog; qué responsabilidá.. hummm...

    Una pelota para unirlos a todos :)

    Muy astuto por parte del narrador lo de proponer jugar al wrestling; ¿te has fijado en cómo de fuera, y a veces de dentro jajaja, parece que nos estamos matando? :)

    Pero qué penilla no saber ni el nombre, no?

    Bueno, bienvenido a la blogosfera, espera que te quito la placenta ;)

    besos

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  3. Geroni, Geroni, menuda sorpresa, no está nada mal como escribes y como describes la aventura, algo que a cualquiera le costaría olvidar durante mucho tiempo.

    Un beso.

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  4. Desde luego, se queda uno como con un calorcillo después de leer esto....jejeje. Jugoso, muy jugoso el encuentro playero. Me ha gustado eso de "con una sola mirada nos reconocimos al instante"

    Bienvenido al apasionante mundo bloguero!

    Un abrazo

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  5. Pues aquí otro que se queda fantaseando con encuentros como el que narras, qué calor! Doble ducha fría después de leerte, una porque tengo que salir y otra para mitigar los efectos de estas letras.

    Un saludo

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  6. jaja igual era yo, cari... yo juego al voley desnudo en la playa nudista de Barrañan, aunque luego no me acuerdo con cuantos me he peleado al caer la tarde, jajaaj

    No, me temo que en Galicia ni en verano puedes bañarte por la noche sin quedarte helado, aunque hayas ligado con el mismo poseidón, jaaja


    bezos.

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  7. hola... bueno, me voy a dejar caer por aquí y mira tu que sorpresa jajajajaja, ´vaya una primera entrada jajajaj... bueno, seguiremos por aquí..

    Un beso cielo

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